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1 Nombre: Murciélago 05-12-2023 (Tue) 06:49:56 [del]
La pornografía ya no me satisface al mirarla. Aun la utilizo para masturbarme, sigue funcionando, pero ya no entrega ningún sentimiento realmente intenso. ¿A qué estímulo me podría exponer para estimularme de alguna forma nueva? He estado experimentando con algunos dolores en específico, no muy fuertes y que puedo mantener en un determinado nivel, pero tampoco me parece realmente mejor, así que vengo en busca de sugerencias.
2 Nombre: El Fantasma de la ópera 05-12-2023 (Tue) 07:10:16 [del]
>>1
A mí me excita fantasear historias y saber que son leídas. Supongo que alguien las lee porque a veces tienen reacciones. Las posteo por distintos sitios y plataformas. Es una suerte de exhibicionismo, pero no corporal. Así como el voyeur se excita espiando, yo me excito con la mirada ajena, pero también con la propia. La pornografía tiene reglas y fetiches, pero se buscan personas en castings o se hacen producciones amateur con cuerpos más comunes y silvestres. Eso en el marco legal, pero en el otro marco donde las personas preferirían hacer otra cosa y se transforman en víctimas (ver la película A serbian film) quizá también se hacen cástings.
Pero me pinta un Pepe Grillo en mi conciencia y me impide pajearme. Se aparece en mi poronga y la golpea como si fuera un punchingball: "No es ético, pinche weón conchetumare, sé aliade po."
Y siento que valgo MENOS QUE UNA CALLAMPA y si llego a eyacular en en ese momento me siento malísimo espiritualmente. Entonces busco en el vacío y la inexistencia la materia inconsecuente y la moldeo en relatos bizarros, eróticos y siempre mortuorios. Mientras los escribo, los releo y releo las reacciones de gente cuyos nombres-caras-cuerpos-procedencias no son de mi incumbencia ni de mi conocimiento, ME EXCITO. La escritura me divierte y mesita [SIC].
Hace más de una década, fui a una orgía gay, no pasó mucho, era un ambiente respetuoso con los reciénvenidos y durante mi efímera estadía no vi a nadie haciendo nada que no quisiera y vi a un muchacho que entró, miró y se fue. Pero otra vez, éramos cuerpos, pero sin contextos, backgrounds y qué sé yo. A mí me excita la gente que sabe tocar guitarra, piano o cualquier instrumento musical. Me deprime la gente que sólo habla de política, religión fútbol. Huyo de esa gente. Literal.
Exponerse es difícil. O fácil, depende el valor que se le de a cada qué o a la mirada ajena. Pero bueno, a veces tenemos la mirada propia distorsionada por presiones externas. Eran ajenas, pero las usamos como la vara para medirnos. Es como tener el motor de un Renault 12 en un Ferrari (o viceversa).
En fin, hace falta tiempo para descubrir a veces qué cosa le gusta a uno. Otra gente puede descubrirlo más bien rápido. No fue mi caso, o quizá sí, pero sencillamente lo ignoré, me desentendí.
Supongo que hay que estar atento a lo que encienda tu corazón, a lo que te pare la tula...
