22 Nombre: René Valdés 04-12-2023 (Mon) 16:29:48 [del]

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Estimado, señor Hegel.

Concuerdo plenamente en que no hay nadie como usted quien podría decir que hay muchas formas de amar. Sobre todo cuando el amor ha sido concebido como un pivote recursivo de referencia a personas (por no decir «espíritus») o al asunto de cómo unir ─recordando evidentemente al amor en el Fedro como algo dado por los dioses y al mito del andrógino del Banquete.
La coyuntura catastrófica de los últimos años ya ha por suerte olvidado a lo que se le daba peso como «posmodernidad» y la letanía que imitaba como un doble de Zalo Reyes los dichos del igualmente pobre intelectualmente Nietzsche por ser los restos de comida que deja una vieja gorda protestante con rosácea que se tira peos con olor a salchicha y cerveza y que derepente se encuentra con que el amor la salva porque hay una horda de universitarios irreverentes que le dicen «Tante, ich will esse deine RÜCKSTAND». Ojo, no digo que es ESSENSRESTE. ¿Por qué?: porque el luterano darwinista de Nietzsche está muerto, Nietzsche ha muerto, porque en estos últimos años hay catástrofes suficientes para abandonar la teorías fukuyamistas, de la sociedad líquida y semejantes regocijos para esposas que grandes empresarios que por tener tanta plata en vez de meterse a un taller de pintura se meten a un posgrado en filosofía o sociología.
Le pido disculpas la digresión, pero esta frase suya me pareció notable: «Quienes no ven valor en vivir muchas décadas como parásitos, prefieren inmolarse jóvenes y dejar un bonito cadáver» porque de verdad muestra el peso de la libertad personal como algo que debe protegerse.
En abril del '73 ocurrió la primera protesta de colipatos en Chile porque los pacos las hueviaban mucho. Lo que buscaban era tratar de ganarse los porotos gestionando lo mejor posible aquel conducto precisamente por donde sale el resultado meteorísmico de los porotos. Esto es totalmente digno de admirar, así como las mujeres ven con gran honra la valentía de las escorts.
En algún momento los transformistas pertenecían a lo que se llamaba el humor «revisteril», con focos específicos como el glorioso Circo Timoteo.
Así que, siguiendo su método dialéctico para llegar a una síntesis, quisiera resumir esto en que: ojalá se confunda menos las luchas entre clases sociales que con qué quiere hacer cada uno con lo suyo.
A fin de cuentas, todos perdemos nuestro rol cuando llegamos a viejos.
Menos usted obviamente, don Hegel. Que si bien no contribuyó en nada a los grandes adelantos técnicos como la máquina a vapor, la infromática o la bomba atómica, sí que supo darle un peso a la maquinaria laboral del campo de la educación.
Aún me sigo imaginando las transacciones con blockchain como si fuera la cadena de alguno de sus libros como la FDE o la CDLL, y me río pensando en quienes metían fotos porno entremedio para que quedase encriptado e imposible de eliminar por la eternidad.


Atte. René Valdés,
dueño retirado del Circo Timoteo.