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¿Hablan con ustedes mismos?
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>>3
No recuerdo si en el hilo de Meditación copié y pegué un párrafo sobre esa cuestión. No es lo del mono saltando a lo pavote en ramas aleatorias Ya lo buscaré y compartiré aquí. Pero puedo anticipar algo así como un resumen: "Si quieres que un hombre no haga algo, hazle hablar sobre ese algo. Porque cuanto más habla un hombre, menos hace."
>>4
Eso es cierto y a mí me pasa, pero tampoco es lo que estaba pensando. El diálogo que tengo en mente es en tiempo real, inmediato, no condicional. De hecho se supone que sea un truco para contrarrestar las excusas que usamos para no pensar o no hacer, como ése que mencionas o como el de la fábula de la lechera. Un ejemplo que he usado es imaginar un personaje que me motive a dar el 100 el día de pierna, como un Arnoldo smug diciendo "c'mon let's get serious" o Revy apuntándome con una pistola. En arte no lo he aplicado pero un personaje con el que estoy familiarizando que tiene un discurso super motivacional es Feng Zhu. En programación y electrónica usuaria a Motoko o a rms. En el futuro cercano, con la realidad virtual y la inteligencia artificial, esto va a ser algo común.
Aah, sí he lo he usado en dibujo, con la imagen de un amigo de la infancia. La idea creo que la saqué de algo que cuenta Moebius sobre Jodorowsky en el documental Moebius Redux. Si no recuerdo mal, era que Jodorowsky decía que los dibujantes eran como niños.
En el cómic autobiográfico Inside Moebius sale una viñeta con él a escala manlet mamando la teta de una mujer con proporciones a la Crumb. Seguro que es una referencia a esto mismo.
Y y en el docu Crumb (1994) también sale él dibujando a compañeras de la escuela. No sé si lo hacía de forma consciente o no, pero es obvio que estaba haciendo lo mismo, creando un puente espiritual entre el yo adulto y el yo infantil.
El diálogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú.
-BAUMAN, Zygmunt.
Una vez que se logra el silencio interior, todo es posible. La manera de dejar de hablarnos a nosotros mismos es usar exactamente el mismo método que nos enseña a hablarnos a nosotros mismos; nos enseñaron de manera compulsiva e inquebrantable, y ésta es la forma en que debemos detenerlo: compulsiva e inquebrantablemente.