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La palabra persona viene del latín persōna, osea máscara, usada por un personaje teatral. El latín lo tomó del etrusco y este del griego, prospora (máscara). “Máscara” en griego está formada de pros (delante) y opos (cara), o sea delante de la cara. De esa misma palabra viene “prosopopeya”, figura estilística consistente en retratar un personaje describiendo sus facciones y por extensión el resto de la persona.
La palabra texto procede del latín textus que significa precisamente "tejido", "entramado". Se trata del participio de pasado del verbo “texo, texere” que significa tejer, tramar, entrelazar.
Trabajo viene del latín tripalium que significaba literalmente "tres palos" y era un instrumento de tortura formado por tres estacas a las que se amarraba al reo.
Mediante una evolución metonímica, adquirió el sentido de "penalidad, molestia, tormento o suceso infeliz" (Diccionario de la lengua española: Trabajo, 9). Es decir, este nombre pasó de designar un instrumento de tortura a referirse a uno de los efectos de la tortura: El sufrimiento.
El verbo labrar que se aplica tanto a trabajar la tierra como a trabajar una materia hasta darle la forma pretendida (la madera, la piedra, los metales, etc.), procede del latín laborare, verbo que en origen significa sufrir esfuerzos y pasar penalidades, y que pasa a designar la idea de trabajar u ocuparse activamente de algo en dedicaciones que requieren un esfuerzo físico. Esto es así porque se deriva de labor, laboris, que aunque acaba designando al trabajo físico, propiamente y en origen significa penalidad y esfuerzo que uno se toma para lograr algo, y en realidad en origen designaba al esfuerzo que uno hace para mantenerse en pie y no caer en una situación dificultosa o resbaladiza.
En efecto labor se deriva de un verbo latino labi (deslizarse, resbalar, caer), cuyo supino es lapsum, de donde proceden palabras como lapso, colapso, prolapso, lábil y lava, y que se asocia con una raíz indoeuropea *leb-1, con la idea de colgar sobre algo o estar a punto de caer sobre algo.
Ayer estaba pensando en el trabajo, específicamente en el trabajo sexual y laburos freelance por internet en donde el servicio pareciera ser un acto de humillación disfrazado de otra cosa. Apuesto que buen porcentaje del trabajo humano responde a una necesidad de ejercer poder, de dominar, y no de producir cosas útiles.