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Compartamos enlaces con historias o cuentos cortos.
Empiezo con un clásico de Chuck Palahniuk con traducción de Francisco José Flores: Tripas.
https://cuentosimperdibles.wordpress.com/2012/09/18/tripas-chuck-palahniuk/
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Fábula
Una zorra, luego de entrar en la casa de un actor y examinar cada una de sus cosas, encontró también una máscara de tragedia finamente tallada; tomándola entre sus patas dijo ¡Oh, qué cabeza y no tiene cerebro!
La fábula se refiere a los hombres magníficos en cuanto al cuerpo, pero faltos de razón en su mente.
Cerca del barrio Shelbyville, donde Tom Shelby vendía fafafa de poder, Otto el mariguano conducía su autobús amarillo. Estaba oxidado y despintado, pero para no invertir en esmalte sintético, lo coloreó con cúrcuma. Otto estaba ciego de tanto porro de droga que fumó a través de su pipa de agua y vidrio. Sus pipas tenían nombre. A la grande le puso "Cuca".
El micro aún tenía el cancerígeno aislante de asbesto. Aunque era tóxico y se suponía un aislante, numerosos microorganismos ranchaban allí. Otto había plantado hongos de Pity Álvarez. Algo de cucumelo crecía en el techo, pero cuando llovía unos cuantos días seguidos.
También Otto tenía en su casa una planta de floripondio de la que solía tomarse una infusión antes de salir a conducir el mentado autobús. Él lo llamaba "Oscarabús, escarabajo autobús" y en el tanque de nafta introducía un poco de fentanilo por cada litro de combustible. "Para que Oscarabús no padezca tanto sus dolores cervicales", explicaba el chofer.
Ese domingo, había elecciones y por tanto, no había escuela. Pero Otto conducía escuchando un mash-up de Bob Marley con Sepultura. Subía el volumen, porque los niños gauchos que llevaba al matadero cantaban a viva voz "Bravo-bravo, bravo-bravo [palmas] mato mil, mato mil [palmas] bravo-bravo, bravo-bravo, estuvo sensacional, cuá cuá cuá".
Pero no había niños en el autobús.
Unos hombres fueron a inspeccionar un manicomio famoso por el acertado tratamiento que allí se les daba a los pacientes. Entre los muchos enfermos encontraron a uno de ellos extremadamente sonrojado y que desprendía un gran calor.
Preguntaron a los médicos encargados sobre aquel caso tan singular.
—Es el enfermo más antiguo del hospital —contestaron aquellos sabios—. Ese hombre se cree un horno.
—¿Y cómo con sus conocimientos no han podido curarlo aún?
—Bueno... verán —se excusaron los médicos—, lo que ocurre es que hace un pan excelente.
"No sé por qué / imaginé / que estábamos unidos / y me sentí mejor... pero aquí estoy / tan solo en la vida / que mejor me voy" cantó el payaso Garompola antes de dispararse con su arma de utilería, detonando una explosión de pochoclo.
Niños, adultos y viejos meados, estallaron en risas y aplausos.
Amanda no podía contener el llanto. Sentía arcadas, ganas de vomitar y de estar sola. De desaparecer. Salió corriendo.
Gaturro, el ancho dueño del circo, la miró con tristeza. "Esta boluda está mal de la cabeza..." dijo en voz baja.
Amanda se estrelló contra una reja electrificada. Rebotó algo chamuscada y luego cayó desvanecida.
"Llévenla a mi oficina" ordenó Gaturro a dos ñomos payasos con ojos rojos.
>>25
Te extirpé de tu triste realidad, pequeña, dijo el pérfido dueño del circo. Los duendes miraban con ganas el cuerpo de la maltrecha joven. Su pollera de papel se incineró al chocar ella con la reja electrificada. ¿Siempre hubo una reja electrificada allí? ¿Hacía algo antes de entrar al circo?
Los duendes se llevaron las manos a sus braguetas y Gaturro los echó a escobazos.
Mírame, Amanda. Tu nombre ya no es Amanda. Tu nombre es "Ágatha". Eres mi esclava sexual y humorística, ¿me oyes? Mira mis ojos. En uno tengo el Sharingan y en otro tengo el Byakugan. No necesito sacarte la ropa, pues te veo toda en pelota. ¡Ja ja ja ja ja!
Gaturro le recordó además que ella ya no volverá al mundo humano, donde sus amigues y familiares ya han muerto.
Ahora estarás para siempre en Mundo Gaturro. En el circo de El Pochoclo Inmarcesible.
Amanda intentó gritar. Gaturro le besó la frente y le hizo beber cerveza. Era una buena cerveza fresca. Ella lloró y bebió, estaba sedienta.
>>26
Fuera de la oficina, Garompola, quien ya había terminado con su rutina, oía cómo Gaturro doblegaba anímica y etílicamente a Amanda. Cuando, a su pesar, Garompola terminó de estimularse, un ñomo payaso lamió la simiente del suelo y se fue.
"¿Entendiste, Ágatha? Estás bajo mi control. Tendrás cerveza mientras frotes mi cabeza. ¡Ja ja ja ja ja ja!"
Garompola estaba enamorado de Amanda.
El día que la conoció hablaron de hacer un acto juntos, de escribir historias. Incluso un drama teatral. Algo que hiciera que la gente reflexione, en lugar de sólo reír de las desventuras y golpes que impactaban en los payasos.
Pero Gaturro no quería nada de ese estilo.
En una ocasión, al practicar su rutina, ella no pudo contener el llanto. Él corrió tras ella y la abrazó. "¡Recordé quién soy!"
Y allí Gaturro los aturdió con una pistola Taser y les borró la memoria.