47 Nombre: Devadatta 30-06-2021 (Wed) 14:32:50 [del]

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Pienso en el cuento del escorpión y la rana, el primero convenciendo a la segunda de que le ayude a cruzar el río. ¿Por qué me picaste? Ahora los dos moriremos, pues tú no puedes nadar.
El argumento de la rana era racional. Y el escorpión, antes de ahogarse, replicó: Sí, pero no puedo evitarlo. ¡Es mi naturaleza!
Algunas personas se hacen fuertes siguiendo sus deseos (o sueños, o anhelos más profundos). Otras, se someten a sus pasiones hasta su aniquilación. Quizá hacen de sus vicios sus anhelos. No lo sé.
Si la meditación no es lo de uno, acaso se dedique uno a no quedarse más tiempo sentado esperando la nada.
Por el contrario, si acaso la mente de uno está llena de voces que gritan delirios incluso a la hora de descansar (y así el descanso es imposible), acaso le convenga detenerse en el flujo incesante de acciones sin sentido.
Meditar quizás también sea pensar diez segundos antes de entrar al casino a perder los últimos billetes.
Y además, no todos creemos en la reencarnación. Mis desaires me han hecho escéptico respecto a una gran paz o una gran alegría, o a una gran revancha. Adhiero a esa noción que enuncia que "la vida es esfuerzo; la muerte, descanso."